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El conflicto entre Rusia y Ucrania ya está teniendo sus efectos secundarios e nuestra economía. En las últimas semanas el precio de los carburantes se ha visto disparado, al igual que la luz en constante ascenso desde hace ya demasiados meses y ahora lo notaremos en algo más.


En los últimos días han aumentado exponencialmente las compras del aceite de girasol, y los supermercados en España han empezado a imponer limitaciones.
Es por ello que muchas personas han tratado de buscar una alternativa, que no sea el aceite de oliva (que sigue siendo la mejor opción), ya que el aceite de girasol, por sus características, y porque es más económico, es perfecto para la fritura, o para postres porque afecta menos al sabor de los mismos.


Una buena opción es el aceite de orujo de oliva, que se considera el segundo mejor aceite por detrás del aceite de oliva en cualquier da de sus variedades.


Además, el aceite de orujo de oliva es rico en ácido oleico, además de contener antioxidantes y otros compuestos bioactivos con potenciales propiedades beneficiosas para la salud.
Como ha quedado demostrado en varias investigaciones, los componentes beneficiosos para la salud presentes en el aceite de orujo de oliva resisten a la fritura y se transfieren a los alimentos fritos mejorando su calidad nutricional.


Otras alternativas también son el aceite de aguacate, muy saludable y rico en ácidos grasos omega-3 y compuestos antioxidantes, y aunque se puede usar para freír porque su punto humeo es bastante alto, su costo es mayor que el de otros aceites y, además, tiene una vida media corta, ya que una vez abierto, puede volverse rancio rápidamente.
Otra alternativa es el denostado aceite de colza (prácticamente imposible encontrarlo en los lineales españoles desde 1981, después de que el Síndrome del Aceite Tóxico (SAT) causado por aceite de colza desnaturalizado causase la muerte de 700 personas, pero es el tercer aceite más consumido a nivel mundial y aporta altas dosis de vitamina E, polifenoles y ácidos grasos omega-3).



